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Ser amada para maternar con amor 🤰🏻

El embarazo, parto y puerperio traen consigo una revolución emocional en el mundo interior de cada madre. Cada una es distinta de las otras, y cada experiencia es única. En una búsqueda de espacios dignos y amorosos, un grupo de mujeres ha decidido formarse para ser compañía y contención durante este proceso: las doulas. Conversamos sobre la labor de la doula en este transitar emocional con Isabella Polito, doula, consejera de lactancia y coordinadora de la Red Mundial de Doulas:  



😌 Espacio para gestar


Como sociedad deberíamos asumir que la maternidad es el proceso creativo por excelencia. Es un proceso maravilloso, milagroso, que ocurre en el cuerpo de una mujer, en el que se va a desarrollar una nueva vida. Esta mujer necesita que le demos el espacio para que disfrute ese momento, que es único en la vida de una persona. Cada embarazo es único y no se va a repetir, porque el siguiente embarazo, el siguiente bebé, va a ser otra experiencia. Y lo que ocurre allí es el maravilloso milagro de la encarnación de un ser, con delicadeza y fortaleza a la vez, paradójicamente. Es energéticamente impresionante. 


Entonces, ¿cómo darle apoyo a esa mujer? Cuidándola, haciéndola sentir amada. Dándole el espacio para que haga lo que ella quiera. Que si quiere dormir, duerma; que si quiere caminar, camine; que si no quiere hacer nada, no haga nada. Es decir, que no esté atada a hacer lo que hace siempre. Que se entienda que si está creando una vida, a veces va a necesitar, simplemente, estar sin hacer nada, porque su cuerpo está gestando, su cuerpo está creando una maravilla. Ella está viviendo un proceso en el que está generando un mayor volumen de sangre y necesita nutrientes: su cuerpo está generando de la nada un ser vivo con huesos, con un cuerpo maravillosamente perfecto. 


¿Qué deberíamos hacer? Hacerla sentir bien, no generarle estrés, no dar opiniones si ella no nos las pide. Por ejemplo, basta que una mujer esté embarazada para que mucha gente empiece a preguntar, decir y sugerir cosas que tiene o que no tiene que hacer —muchas veces sesgados por lo que ellos vivieron—. Y resulta que, muchas veces, ella simplemente necesita que la acompañen, que estén a su lado, que la hagan sentir cómoda y que no le den información si ella no la está pidiendo. Es un momento muy sensible, en el que su vida, cuerpo y cerebro se adaptan a esta nueva experiencia que es ser madre.



👨‍👩‍👧 La tribu como soporte emocional


El estado emocional de la madre varía mucho durante las distintas etapas del embarazo y la maternidad. Tenemos que entender el contexto en el que ocurre el embarazo: la edad que tiene la madre, si fue un bebé buscado, si es un bebé que llegó por alguna equivocación de los métodos anticonceptivos, si quedó embarazada en un salida de una noche o con una pareja estable, si está enamorada y el bebé llega porque es un proyecto de vida que ha hecho ella con su pareja… va va va a depender mucho del contexto, de cómo ese bebé fue concebido. Ni hablar de bebés concebidos por el abuso sexual, por ejemplo. La mujer embarazada pasa por procesos que son difíciles de comprender para cualquiera de los que está a su lado.


Su estado emocional también tiene que ver con las hormonas que están apoderándose de su cuerpo. Puede sentirse un poco rara, tener más sueño. Pero es parte de lo que su cuerpo le está pidiendo, necesita descansar. Entonces, hay cosas que dejan de tener tanta importancia. Puede también estar un poco más olvidadiza con respecto a sus citas, a su trabajo. Se hace difícil la concentración. Por eso, muchas personas cuando están embarazadas dejan los estudios, dejan su trabajo, y esto es algo que es poco comprendido por el resto de las personas. 


Se espera que ella geste un bebé, sea productiva económicamente, sea inteligente, sea activa, que mantenga su vida igual. Pero resulta que no, la vida no es igual, está pasando algo dentro de su cuerpo que amerita un espacio, un tiempo, otro ritmo muy diferente al ritmo de la calle, de la ciudad, de la vida cotidiana. Es el ritmo de gestar un bebé. En su mundo interior ocurren cambios que no son visibles ante los demás. Se activan las memorias de su infancia, de cómo ella fue recibida como bebé, de cómo fue su relación con su padre, con su madre. Entonces, es un momento muy movilizante a nivel emocional, que se suma al pensamiento de: ¿cómo voy a gestionar el ser madre, tener un bebé, poder cuidarlo? ¿Cómo va a cambiar mi vida cuando lo tenga y cómo estoy cambiando ahora?


Si hablamos del padre, de la persona que le acompaña, a esta persona también se le están movilizando emociones. Si no tiene un soporte alrededor, de personas sensibilizadas ante este proceso, se hace un proceso bastante solitario. Por ello, es importante buscar esa tribu que se ha perdido en la vida contemporánea.



👭 Doulas: constructoras de paz


La doula es una persona que tiene la comprensión emocional de lo que está atravesando la madre. Maneja información acerca de opciones de parto respetuoso, de médicos, de parteras, para que la mujer tenga el parto que ella quiera. Yo diría que, por eso, es una figura fundamental, importante. También ofrecemos herramientas para el manejo del dolor, para el bienestar de la gestante, para que se sienta más cómoda con algunos síntomas como los dolores de espalda, los malestares de las piernas, los mareos. Entonces, la doula da información, pero da también mucho a nivel emocional: comprende los vaivenes, los altibajos emocionales que pueden ocurrir.


No debemos confundirla con una comadrona. La comadrona es una mujer que se capacitaba para atender los partos. Hoy existen formaciones para la partería, aunque no en todos los países porque su figura ha sido perseguida por el gremio médico. La doula no atiende partos, no da opiniones médicas, no hace diagnósticos: estamos maternando a la madre, y al padre también si es necesario. 


La pareja también se transforma cuando con la llegada de un bebé y eso también amerita compañía, tanto para la madre como para el padre. Las doulas buscamos una paternidad presente. Buscamos que este hombre se involucre y no se sienta ajeno a esto que está ocurriendo. A que sea copartícipe y a fortalecer su vínculo con el bebé, que sea consciente de que su compañera necesita contención y protección, y necesita de un proveedor que le permita criar a este bebé sin la presión de las preocupaciones financieras. Esto puede ser polémico, pero debería ser así, desde lo familiar hasta lo legal.


Este bebé no va a ser bebé más nunca. Y es aquí cuando necesita de la presencia de su madre, que es vital para su desarrollo psicoemocional, para que luego sea un ser humano resiliente y no violento, que ha recibido el amor y protección de su mamá desde el primer momento. Esto contribuye con una sociedad más pacífica y amorosa también.


En mis formaciones de doulas, el módulo que tiene que ver con qué es ser doula se llama: la doula como constructora de una cultura de paz. ¿Por qué lo llamo así? Porque una madre que puede tener un espacio de acompañamiento —individual o con un grupo de madres— va a poder criar un bebé más amado y con más capacidad de amar. Esto tiene que ver con un proceso relacionado con la neurociencia, con las conexiones que ocurren en el cerebro de un bebé cuando es amamantado, cuando es protegido. La cultura de paz se construye desde el vientre materno.





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