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Redacción

¿Con qué se come el sistema electoral venezolano? 🗳️

El voto automatizado se implementó en el año 2004 y, desde entonces, se ha dicho de todo sobre el sistema: que no es secreto, que cualquiera puede meter mano y cambiar votos, que se puede votar más de una vez, que hackear las máquinas es más fácil que pelar una mandarina. Si eres un elector nuevo, seguro no has podido comprobar por ti mismo cómo funciona el merequetengue. Es por ello que tocamos la puerta de Roberto Picón, exrector del Consejo Nacional Electoral (CNE), para que nos explicara:


— ¿Cómo funciona nuestro sistema automatizado de votación?


Cada máquina de votación está configurada con el registro de los electores que les corresponde votar en esa mesa. Cédulas, nombres, apellidos, fecha de nacimiento, huellas digitales y la imagen del rostro que tiene la última cédula o pasaporte de esa persona.


Cuando se transcribe la cédula de la persona que va a votar, la máquina trae a la memoria las huellas de esa persona, que son comparadas con las que la persona coloca en el dispositivo conocido como captahuellas.  Si coinciden, se activa la máquina de votación. Si no coinciden, el presidente de la mesa debe autorizar el voto verificando la cédula contra el elector. La máquina de votación controla que la autorización manual del presidente no pueda ocurrir en forma repetida o sistemática, evitando así la usurpación de identidad.


Cuando la persona vota, su voto no se almacena vinculado a su cédula, de manera que es imposible saber por quién vota cada persona. Al votar, la máquina de votación imprime un comprobante que permite al ciudadano verificar su elección. Ese comprobante se deposita en una caja de resguardo.


A las 6:00 p.m, después que termina de votar el último elector, la máquina de votación se cierra, se transmiten los resultados y se imprime un acta con la identificación de la mesa, el cargo que se esta eligiendo (en este caso Presidente de la República), y los votos emitidos por cada partido y candidato, además de los votos nulos.  Esa acta también contiene un Código QR que codifica toda esta información y facilita el control electoral por parte de los partidos políticos.


El proceso de verificación ciudadana se debe hacer en más de la mitad de las mesas. Consiste en abrir las cajas de resguardo seleccionadas por sorteo, contar los votos de cada candidato y comparar el resultado contra lo que contiene el  acta impresa. Nunca se ha conseguido una diferencia sistemática entre los votos individuales depositados en la caja de resguardo y el contenido del acta impresa.


Las actas se transmiten encriptadas por una red privada que incluye a los operadores telefónicos y la red satelital del Estado. Esta red es auditada por las organizaciones políticas y no es posible que esa red sea intervenida por algún actor que quisiera alterar los resultados. Para aquellas mesas de votación que están ubicadas en sitios sin transmisión telefónica o satelital, el proceso de transmisión ocurre trasladando un pendrive codificado con la información de la mesa de votación, a otra localidad donde haya conectividad y una máquina de votación, que sirve como base de transmisión.


Las mesas que pasen a proceso de votación manual son totalizadas con otro procedimiento. Esto históricamente ha ocurrido en menos del 0,5% de las mesas y generalmente no afecta el resultado de la elección. El protocolo establecido en 2021 dice que si las actas manuales se desvían significativamente del resultado de las actas automatizadas de su entorno o si pueden cambiar el resultado de la elección las mismas, entonces son totalizadas en Caracas.


Cuando los actas se reciben en Caracas, se totalizan y se producen reportes parciales con los cómputos acumulados hasta el momento.  La política del CNE es no publicar hasta que haya un resultado claro que no pueda revertirse con las actas que faltan por transmitir. La traza de auditoría se completa cuando el CNE publica el resultado de la elección detallado por mesa, ya que los partidos políticos pueden así comparar las actas físicas recabadas por sus testigos, con los resultados publicados. Los partidos políticos pueden realizar su totalización y proyecciones en forma independiente usando la información contenida en las actas obtenidas por los testigos, siempre que no anuncien resultados antes que el CNE. 


— ¿Cuáles son los beneficios y desventajas de este sistema?


— La principal ventaja de un sistema automatizado y auditable como el venezolano es que resguarda la calidad de la elección a través de los controles y procesos estandarizados que establece el sistema.  Eso es particularmente importante en un país tan polarizado como Venezuela, donde una elección manual puede ser afectada en la emisión o en la totalización de los votos. El sistema automatizado venezolano preserva el secreto del voto, siempre que el elector no sea supervisado al momento de votar. También preserva la integridad del voto, es decir, no hay ninguna posibilidad de que el voto sea manipulado entre que es emitido y es totalizado. Por último, impide la usurpación sistemática de identidad mediante los controles que establece el sistema de identificación biométrica. Las desventajas de cualquier sistema automatizado de votación son: requiere de personal entrenado para asegurar que funcione correctamente y la posibilidad de falla en los componentes físicos del sistema exigen establecer mecanismos de sustitución oportuna de los equipos para que las interrupciones al proceso de votación se subsanen rápidamente.


— En anteriores elecciones ha habido denuncias de fraude. De hecho, en 2017 la empresa Smartmatic dijo que los resultados anunciados tras la elección de la Asamblea Nacional Constituyente no se correspondían con la cantidad arrojada por el sistema. ¿Qué pueden hacer los ciudadanos y los actores políticos para minimizar el riesgo de fraude electoral?


— Las únicas denuncias de fraude en el proceso electoral propiamente dicho han ocurrido en procesos donde la oposición no ha participado, o en procesos donde ha habido actas manuales que pudieron alterar el resultado de la elección.


No hay posibilidades de fraude cuando la oposición participa con testigos comprometidos y capacitados en todas las auditorías del sistema a lo largo del cronograma electoral, así como en todas las instancias donde es posible nombrar testigos: mesas electorales, juntas parroquiales, municipales, regionales  o la junta nacional electoral. En cuanto a las actas manuales, lo fundamental es que si esas actas pudieran alterar el resultado de la elección, su transcripción y totalización siga un estricto protocolo que establezca la calidad del proceso manual y que en caso que haya dudas sobre la integridad del proceso, se repita la elección en esas mesas.


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